Instalación del Éxodo de la Ternura, La Neumudejar 2018, Madrid. Impresión digital sobre papel fotográfico. ( fotografía EvaS. Benito )
Detalle de El Éxodo de la Ternura.
Detalle de El Éxodo de la Ternura.
Instalación de El Éxodo de la Ternura, La Neumudejar, Madrid.
Detalle de El Éxodo de la Ternura.

En 2016 reuní todos los fragmentos digitalizados de la obra A un Alcalde Tierno, 15 x 7000 cm, acrílico sobre un correaje de transmisión de fuerza para motores que pinté en 1985, y volví a unirlos en un nuevo documento tif. Sobre este documento trabajé a lo largo del año una nueva obra dibujando a lápiz óptico y paleta digital sobre el entramado de pinceladas al acrílico que di tiempo atrás en el correaje de transmisión. La infografía se enriquecía de las texturas de la obra original, y heredaba de ésta la dinamicidad gestual desencadenada en la action painting con la que pinté la multitud. El objetivo de mi trabajo consistía en dar carácter a aquellas manchas que significaban una masa anónima, y personalizarlas sin perder el aspecto de masa humana, de modo que fueran brotando, en un numeroso elenco, cientos de personajes que interactuaban entre ellos. Este proceso prolongaba la vida creativa de la obra y proponía una contemplación más precisa y un movimiento incesante de gestos y expresiones que humanizaban la mirada del espectador. Ese era el objetivo, crear una metáfora que invitase a considerar que el ser humano, aún inmerso en una masa social, seguía siendo un individuo único. La razón por la que enfoqué de nuevo esta obra me la dio la interminable fila de refugiados que huía de Siria, esa gente que aparecía a diario en las televisiones, sin rostro apenas. Eran una masa anónima ante la mirada cada vez menos sorprendida de un espectador que sólo podía constatar que, afortunadamente ― no era yo ―.No me hizo falta revisar hemerotecas para saber cómo nuestros padres y abuelos habían formado filas idénticas huyendo de la guerra, y ahora, se veía casi con recelo la desgracia ajena en la pantalla inoportuna de las noticias. Me parecía inconcebible el desafecto que exhibía una parte no pequeña dela sociedad occidental, parapetada en el cómodo anonimato. Esta ausencia de sensibilidad me inspiró el título de la obra, El Éxodo de la Ternura, porque dentro de una multitud uno no es anónimo para si mismo y mucho menos si huye. Luego llegó el Covid – 19, dejando clara la fragilidad del ser humano y su ternura. En esta obra puse todo lo aprendido durante años en el dibujo, la pintura, la composición, el diálogo con el azar, el uso de programas informáticos de diseño, animación infográfica, y edición de vídeo. La pieza final está expresada en dos formatos, una impresión digital sobre papel fotográfico y un vídeo de 2018 El Éxodo de la Ternura 17:52 con la banda musical compuesta por Suso Saiz.