Carolina
Óleo sobre tela. 33 x 33 cm
2002 LTDEH.

El Retrato de Carolina es un estudio para un trabajo posterior que no llegué a
realizar, en el que destaca el blanco de la tela y una suave gama de rosas y grises
que coinciden con otra obra que estaba pintando en ese momento; en él es
fundamental la colocación de la pincelada, sentida y muy calculada para no dar
más que las necesarias que modelan el rostro, sin fundidos.
En el 2002, el año que paré el proyecto La Torre de la Igualdad por los atentados
del 11S, hice algún retrato de encargo, uno de ellos fue este Retrato de Lourdes, pieza creada con gran libertad, donde la única condición que se me impuso fue que lo deconstruyera, por lo tanto, en este cuadro, el procedimiento se convierte en un sello de estilo y deja de ser la deconstrucción que hasta ese momento había inspirado mi obra.

Lourdes
Óleo sobre tela, rajado en verticales paralelas de 1 cm.
Encolado a panel alterando el orden. Deconstrucción.
100 x 100 cm. 2002 LTDEH.

De un año después es este Retrato de Lucía, una obra directa donde el
Renacimiento y un eco expresionista conviven, desde el encaje del rostro,
esbozado en azul turquesa y rojos, hasta la pincelada final de los ojos; ese color
va a ser el protagonista en la mirada de Lucía, apenas se cruza con la nuestra,
nos mira sin mirarnos y se escapa a otro horizonte que sólo ella conoce.
El Retrato.

Lucía
Óleo sobre tela. 33 x 33 cm.
2003 LTDEH.

Entre 2008 y 2010 pinté el Retrato de Natalia, una enfermera y nutricionista del Hospital Nacional de Parapléjicos, de una estilizada belleza que me hacía pensar en mi admirado Modigliani; es una pieza que solo responde al placer de pintar un cuadro, como todos los que siguieron en los tiempos de las Huellas Hermanas, el políptico basado en cientos de apuntes tomados durante una rehabilitación que duró varios años, a ello se debe la precisión formal de esta obra, siendo no obstante de gran libertad interpretativa; el dibujo define cada uno de los elementos, hasta la rugosa textura de la blusa es construida gráficamente, lográndose un relieve que invita al tacto.
La Pitón Albina es un retrato sobre un fondo verde que seduce mirando a los ojos y que invita a contemplar su voluptuosa turgencia bajando por un larguísimo cuello hasta las manos, que descansan en el regazo.

Natalia La Pitón Albina
Óleo sobre tela. 92 x 65 cm.
2008 – 2010 LTDEH.
Marta Chiquito
Óleo sobre tela, 81 x 63 cm
2010 LTDEH.

El Retrato de Marta Chiquito es de la misma época que el de Natalia, de hecho las acabé a la vez, con uno o dos días de diferencia. Marta era una llamativa
camarera de la cafetería del HNP que destacaba por unos ojos celestes y una
melena roja, además de su simpatía, algo sumamente importante en un hospital
de lesionados medulares.
Tenía algo como de zíngara que me atrajo, un embrujo que poco a poco iba
impregnando la composición con un color y una forma prácticamente dictado,
como si en realidad fuera ella quien lo pintaba y yo una mera herramienta a su
servicio, de tan fluido como fue pintar a Marta abriendo el frasco de los perfumes con el tirante de la blusa caído sobre el brazo.

Wendy
Óleo sobre tela 65 x 92 cm.
2012 LTDEH.
Colección particular, Madrid.

En 2012, por medio de Facebook, contacté con una bella africana de Ghana
que me inspiró una importante serie de cuadros y fue el comienzo de una
relación que duró algo más de cinco años, los dos primeros en una
permanente conexión por las redes y un trabajo intenso que dio ocho
cuadros y varios dibujos; de ese tiempo, aún no la había visto físicamente, es
este Ifé la noche, una evocación poética a la cultura de Ifé, el antiguo reino
yoruba en la actual Nigeria, cuna de una extraordinaria producción de
esculturas en bronce, cuyo rayado a modo de escarificaciones tiene mucho
que ver con las deconstrucciones en mi obra; sin embargo, a excepción del
último de la serie, Wendy con arco, ninguno de los otros son piezas
deconstruidas o rayadas como los bronces de Ifé.


Ifé la noche es un retrato imaginado de Wendy de perfil, desnuda de medio
cuerpo, llevándose las manos a la cabeza en actitud de hacerse un moño
ante un ardiente anochecer african El estudio de la figura se detiene mucho más en el modelado del volumen
que en el color, ya que esta experiencia no la tuve hasta más tarde. En esta
obra el color es imaginado; el largo pendiente hace alusión a la riqueza de la
costa del oro en la actual república de Ghana, así como al antiguo imperio
guerrero de Ghana, en lo que ahora es Mali y Senegal.

Lagrimas Negras
Óleo sobre tela con arco de medio punto.
80 x 42,5 cm. 2014 LTDEH.

Lágrimas Negras es un retrato de Wendy de perfil, llorando, que me posó
durante el invierno de 2016 en un momento bajo de su estado de ánimo.
Yo quise aprovechar esas lágrimas que aunque me entristecieron, me dieron
la oportunidad de estudiar al natural un llanto humano del que tanto me
enseñó Roger van der Wayden en mi observación de El descendimiento, en el
Museo del Prado; mi obra, de un radical clasicismo que siluetea nítidamente
la forma de Wendy ante un drástico fondo blanco, es el llanto de África por
las atrocidades que la cultura occidental lleva perpetrando con total
impunidad desde hace cientos de años a una raza extraordinaria.
El otro cuadro que me posó esta ghanesa es Wendy con arco, una pieza de
114 x 146 cm que supuso un gran reto personal ya que mi movilidad se había
vuelto a reducir y cada vez me resultaba más difícil dominar una superficie de
más de un metro; así y todo, pintarla era un privilegio tan grande que a penas
fui consciente de las dificultades, embebido en el color y la forma de mi bella
africana, Wendy me reta con un arco y una flecha desde un fondo blanco,
herido en cortes verticales paralelos que son mi homenaje a la escultura
yoruba del reino de Ifé.

Wendy con Arco
Óleo sobre tela, rajado en verticales paralelas de 1 cm.
Encolado a panel alterando el orden. Deconstrucción.
114 x 146 cm. 2014 – 17 LTDEH.